Vuelta al trabajo
Algunos caballos a lo largo de la temporada tienen un periodo de descanso. Pero tras este periodo puede resultar necesario volver a poner en forma a nuestro caballo.
Por regla general este descanso suele realizarse en un prado, un paddock o un cercado, en donde el caballo se encuentra en libertad o en semi-libertad.
Lo primero que debemos hacer, es una valoración del estado del caballo. Al haber estado en libertad habrá que observar:
- Los cascos. En función del caballo, del tipo de prado o cercado, de si se suelta junto con otro/os caballos (e incluso del gusto personal). El caballo se descalza o puede perder una o varias herraduras, así es que es importante ver como se encuentran los cascos, si tiene algún problema en los mismos y si es necesaria la visita del herrador. Los impactos en la palma del casco pueden resultar dolorosos para el caballo, así como producir algún tipo de cojera.
- Posibles heridas. Ramas, piedras o alguna zona con suelo duro pueden provocar diferentes heridas en el caballo. Prestamos atención a la extremidades (los corvejones principalmente), la punta de la cadera, la zona de la cara, etc.
- Estado físico. Si ha perdido o ganado peso.
- Posibles parásitos o moscas.
Tras esta valoración debemos plantear y programar un plan de trabajo. Lógicamente este plan de trabajo debe realizarse en función del estado del caballo, de su actividad, de su edad, de la duración del periodo de descanso, del tiempo que tenemos frente a una posible competición, etc.
Cada caballo es diferente, con lo que debemos plantear un trabajo específico para cada caballo. Podemos tener algunas premisas comunes para la gran mayoría de ellos.
Las primeras sesiones de trabajo después del descanso pueden realizarse así:
- Trabajo a la cuerda. Podremos trabajar con algún rendaje auxiliar.
- Subir y bajar cuestas. Al paso y posteriormente al trote.
- Trabajo en el campo.
- Ejercicios con barras, cavalletis, etc.
- Saltos pequeños.
- Series cortas de trote y galope.
Es importante organizar correctamente el trabajo para que nuestro caballo pueda recuperar la forma lo antes posible, pero de manera gradual. Incluso se pueden programar 2 sesiones de trabajo al día.
Ir aumentando progresivamente el trabajo y observar la evolución de nuestro caballo ayuda a que éste vaya entrando en el trabajo, y recuperando así el estado físico anterior al periodo de descanso.
Por último, hay que tener en cuenta que puede resultar interesante comentar con el veterinario el trabajo a realizar después de que nuestro caballo haya pasado un periodo de descanso.