¿Hasta dónde quieres llegar como alumno y jinete?

En teoría, todos sabemos a donde queremos intentar llegar como jinetes o qué queremos hacer sobre un caballo; pero esto no siempre es así.

Pensando como jinete, creo que cada jinete debe ser consciente del nivel que tiene. Esto no significa que pensemos que somos menos de lo que realmente somos, pero sí que debemos tener en cuenta nuestras capacidades reales a caballo. Aunque no tengamos mucha experiencia debemos medir las acciones que realizamos a caballo. Hay que cuidarse de ser imprudentes, no solamente por lo que podamos provocar a nuestro caballo sino a los caballos de la gente que pueda estar a nuestro alrededor.

El nivel “usuario” nos marca que nuestra experiencia como jinete es la que es, por lo que no vamos a intentar cosas que hasta este momento son casi inalcanzables. Poniendo un ejemplo exagerado referente al salto, sí llevamos 3 clases de salto no se nos ocurre presentarnos a una prueba de 1,20. A casi todos los jinetes esto le puede parecer una locura, pero existe un pequeño porcentaje que no lo ven tan extraño. Con esto hablo de imprudencias del tipo de subirse a caballos complicados, realizar ejercicios complejos, etc. La inconsciencia o ignorancia a veces pueden jugar malas pasadas y tener resultados no del todo deseados.

Desde el punto de vista de profesor, debemos valorar y, en parte, calcular el nivel de cada alumno. No se trata de enseñar lo que ya sabe el jinete, sino de que evolucione en su aprendizaje y esto en ocasiones conlleva un cierto riesgo (no olvides que los caballos están vivos). En determinados momentos debemos intentar sacar un 110% del alumno, mientras que en otros momentos simplemente hay que buscar que esté cómodo y pueda aplicar los conocimientos adquiridos. Pero, ojo, que pedir el 110% de un jinete no es ponerlo en tensión o invitarle a realizar un ejercicio que le provoque un subidón de adrenalina; a veces con los ejercicios más simples es donde debemos obligar al jinete a dar su máximo.

Tampoco debemos olvidar que no hay 2 jinetes iguales y lo que a uno le puede resultar positivo para otro es negativo. A cada alumno se le debe exigir, solicitar, requerir en función de quien es, no de los jinetes por los que está rodeado y tampoco de aquellos que ignoran lo que es el bello arte de la equitación y que también le rodean…

Admiro a aquellos jinetes que son conscientes de sus dificultades o limitaciones y que trabajan cada vez que se suben a un caballo con el fin de mejorar y explotar los recursos que tienen.

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