Forma física del caballo
Para poder conseguir un buen rendimiento de nuestro caballo, es necesario pensar que el caballo es un atleta. En consecuencia, tenemos que tratarlo como tal.
El «tratamiento» de atleta debe, en parte, variar en función de la disciplina a la que esté destinado; no será lo mismo un caballo de salto que un caballo de raid.
Si nos centramos en el perfil de un caballo de salto, habrá que valorar en un principio el estado físico en el que se encuentra, la altura que salta, si compite (en ese caso el número de competiciones al mes), etc.
Debemos centrarnos en los distintos objetivos que vamos a tener a lo largo de la temporada y en función de éstos, previsiones concretas, un concurso que consideremos importante (Campeonato de España, por ejemplo). Así podemos organizar correctamente el esquema de trabajo de nuestro caballo. La intención será, de partida, buscar el mejor estado de forma de nuestro caballo en un concurso en concreto. Por ejemplo, asumiendo que en el concurso anterior nuestro caballo igual no está al 100×100, pero que de cara a nuestro objetivo sí mantendrá una buena forma física.
Los objetivos deben ser realistas.No podemos intentar poner a un caballo en forma una semana después de haber estado un mes en un prado de descanso. También debemos intentar poner en forma a nuestro caballo con un esquema de trabajo lógico. Volvemos a tomar el ejemplo de un caballo que viene del prado de descanso. En este caso, las primeras sesiones de entrenamiento deben ser suaves y aumentar la carga de trabajo progresivamente.
Más adelante serán propuestos distintos ejercicios para mejorar la forma física de un caballo.