Errores al final de un recorrido
Cuando estamos realizando un recorrido en un concurso, las ganas de terminarlo puede llevarnos a cometer errores en algunas ocasiones.
Los nervios o la ansiedad por el hecho de terminar sin faltas el recorrido pueden provocar fallos en nuestra monta. Como fallos por esta causa podemos encontrar:
- Correr demasiado hacia el último obstáculo, hecho que provoca que nos acerquemos en exceso al salto y sea la causa de que nuestro caballo se pare o derribe.
- Intentar asegurar una buena distancia en el último salto, meter la mano y provocar una mala distancia.
- Relajarse frente al último obstáculo y perder contacto o intensidad con la pierna, haciendo que nuestro caballo pierda la intensidad de cara al salto.
- Cerrar en exceso la vuelta por intentar conseguir un mejor tiempo.
- Adelantarse al acompañar a nuestro caballo y como consecuencia de ello provocar que derribe o se pare.
¿Qué podemos hacer? Lógicamente, cabe pensar en controlar este problema asegurando nuestra monta al último obstáculo del recorrido, pero esto puede provocar que sujetemos o presionemos en exceso (algo así como invertir el problema inicial).
Para tratar de controlar como afrontar el último salto del recorrido, podemos prestar especial atención a dicho salto al ver la pista de concurso caminando. Atenderemos al tipo de obstáculo, el trazado de la vuelta, la distancia con el obstáculo anterior, el sentido del salto, etc.
Una vez que estemos realizando el recorrido, debemos buscar hacer lo que se ha planteado a la hora de ver el recorrido caminando, pisar buenos terrenos, avanzar, sostener, etc. En la medida de lo posible debemos afrontar el último obstáculo del recorrido como un salto más, tratar de no pensar que después de dicho salto finalizaremos el recorrido.
Este tipo de problema suele aparecer cuando el jinete está realizando un buen recorrido y va con cero puntos, es decir, sin penalizaciones. También puede aparecer en el primer recorrido de un Gran Premio, buscando asegurar pasar al desempate.