Colocar al caballo
Colocar a un caballo a veces puede considerarse como algo erróneo. En ocasiones se compara o asemeja con la reunión de un caballo.
Cuando se habla de colocar a un caballo, por regla general, se hace referencia a la cabeza o cuello del mismo únicamente, sin más. Realmente esto es un error, que puede dar lugar a que nuestro caballo no lleve un buen equilibrio, no esté ordenado, etc.
A veces resulta habitual ver a jinetes que se preocupan solamente de como va la cabeza de su caballo, si el caballo va “colocado” o si lleva la cabeza arriba, despreocupándose del resto. A simple vista esto puede que no tenga consecuencias, pero a medio plazo puede afectar a nuestro caballo durante el trabajo habitual o, por ejemplo, cuando esté saltando.
Cuando sólo damos importancia a la colocación del cuello y la cabeza del caballo, cometemos algunos fallos:
Mover la cabeza del caballo de un lado a otro con excesiva rapidez.
Falta de intensidad con la pierna, falta de presión de la pierna.
Colocar un hierro excesivo al caballo con el único objetivo de que baje la cabeza.
Inclinación de los hombros y cabeza del jinete. El jinete mira constantemente la cabeza del caballo y por este motivo no está bien colocado sobre su montura.
El caballo se queda detrás de la mano y no avanza.
Por el contrario, en la reunión nos centramos en el caballo en general, no únicamente en la cabeza o el cuello. En este concepto de reunión del caballo también hablamos de los posteriores o pies del caballo y el dorso de éste. Posteriores, dorso, cuello y cabeza deben estar conectados para que el caballo trabaje reunido correctamente.
Es importante conocer la diferencia entre un caballo “colocado” y un caballo reunido. No debemos dar exclusiva importancia a como queda nuestro caballo en “la foto”, sino al caballo durante el trabajo.
Hay caballos a los que les cueste más trabajar reunidos, sobre todo si los recibimos después de que durante un largo periodo no hayan trabajado así. Eso debe hacernos pensar en un trabajo a medio o largo plazo, es decir, no buscar que el caballo baje la nariz en el primer momento metiendo los pies debajo de su masa. Lo adecuado es buscar un trabajo progresivo.