Cansancio a caballo

¿Influye el cansancio cuando estamos a caballo? Desde mi punto de vista sí influye. La diferencia puede estar en que a veces me subo cansado a un caballo y otras veces el cansancio es debido al trabajo sobre mi caballo.

Si cuando empiezo a montar ya me encuentro cansado, esto va a influir directamente en el trabajo que realice sobre el caballo. Este hecho puede provocar que las ayudas que ponga, la tranquilidad que necesite o simplemente la fuerza necesaria se vean afectados de inicio, y ante lo cual mi caballo no trabaje como yo quiero.

En el segundo supuesto, cuando a medida que trabajo a mi caballo voy notando el cansancio, puede que sea debido a que el caballo que estoy montando implique un gasto importante de mi energía. Entre otras razones, podemos achacarlo a que no estamos en una buena forma física y enseguida nos cansamos frente a un esfuerzo normal, o que el caballo que estamos trabajando implica un esfuerzo importante (sea un caballo vago, caliente, etc.).

En otras ocasiones nuestro cansancio aumenta porque malgastamos nuestra energía con gestos o acciones que no siempre son necesarios. Por ejemplo, si tengo un caballo frío o que tarda en entrar en el trabajo puede que sea innecesario que desde el primer momento que nos subimos intentemos que entre en el trabajo. Probablemente con este tipo de caballos un estiramiento más largo o más progresivo, e incluso trabajar inicialmente a la cuerda, puede resultar más efectivo que subirse y empezar a trabajar enérgicamente con la pierna. Naturalmente, eso tampoco quiere decir que si el caballo que trabajamos es frío o vago, con estirar a la cuerda o con más tiempo va a hacer que éste se convierta en un caballo diferente.

Tener claro el estado físico en el que nos encontramos, el estado físico de nuestro caballo o como es éste, puede ayudar a que no gastemos en balde las energías con las que contamos como jinetes.

Otra cuestión es el posible cansancio mental que mantengamos frente a cualquier circunstancia o que sea provocado por el caballo que estamos trabajando. Este segundo supuesto puede provocarnos reacciones contrarias a lo que requiere el caballo en cuestión y en consecuencia realizar acciones innecesarias con el consecuente cansancio extra.

Hay veces que si no estamos totalmente descansados puede resultar más rentable, tanto para el jinete como para el caballo, hacer un trabajo sencillo o rutinario. Al menos así nos aseguramos de no perjudicar a nuestra montura ni a nosotros mismos como jinetes.

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